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¿Sin embargo, por qué se genera toda ésta polarización en medio de graves escándalos, dignos de los fabulosos 90´s, dónde la corrupción rampante era nuestra diva favorita? ¿Por qué personajes como Álvaro Gómez Hurtado y Jaime Garzón entre otros tantos terminaron, como se diría al mejor estilo Narco “Cargando tierra con el pecho” o “Chupando gladiolo”?
Esta semana, en el programa Dos Puntos, conducido por el director de Noticias RCN, Rodrigo Pardo, invitó al periodista Juan Gossaín a hablar sobre los nuevos desafíos del periodismo, en las elecciones 2014; Gossaín de frente y con su estilo característico de antaño, dijo abiertamente que los medios de comunicación, prensa, radio, tv, se venden al mejor postor y todos estos grandes escándalos se resumen en publicidad política PAGADA.
Bueno esa fue mi interpretación, que al final del cuento no está lejos de la realidad de un país dónde por Cien mil pesos, se sale a convencer a 30 personas para que voten por un fulano del que jamás se ha escuchado una buena acción; la diferencia es que estos medios o “meretrices de la desinformación” es que cobran mucho mas de cien mil pesos, me atrevería a decir que pueden ser cien mil millones de pesos.
Al final de ésta dantesca novela de medio centavo, al mejor estilo de guionista de televisa, van a quedar los mismos con las mismas y como siempre a los que les toca lavar los platos de este gran banquete llamado “poder” somos nosotros, la opinión pública.
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